
Primera postal
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas
Juan de Dios Pesa
Yo era un niño de nueve años, lleno de felicidad y subyugado a la fiebre del fútbol desde tan temprana edad. No miento si escribo que a los cinco años mi padre me sentó sin ningún esfuerzo frente a un viejo televisor Toshiba con imágenes en blanco y negro a ver resúmenes de los partidos de Argentina 78. Ese año, sin saberlo, me enamoré de ese equipo y ese fútbol que saldría campeón con Mario Kempes como goleador con 6 tantos y con Holanda como subcampeón.
Así que un nombre tan bello: Holanda, conocido entre nosotros por su tradicional uniforme naranja, sus hermosas mujeres, sus tulipanes, sus molinos, por sus libertades y las imágenes de sus bellas ciudades, contrastó con mi viaje a Holanda a mediados de octubre de este año. Esta es la historia.