miércoles, 20 de marzo de 2013

Cuidar la Poesía


Día mundial de La Poesía

La Poesía ha combatido en los campos de guerra más insólitos. Han pasado tres mil años desde que el gran Homero hizo poema la historia de un pueblo y nos legó una mitología que aún nos fascina. Mil años después un rey de nombre Salomón escribió un capítulo completo en el libro capital de los cristianos, en él hizo un tributo al amor. Sin más armas que las palabras, ella, se enfrentó a demonios legendarios, en terrenos donde el más valiente de los hombres tuvo miedo, y supo regresar limpia del infierno nos dice Alighieri en sus cantos. Conquistó con la palabra Esperanza el corazón de un príncipe que renunció al trono solo porque, La Poesía, había inundado su alma. Hecha oración sirvió para conjurar a los sagrados dioses Mayas; los inmisericordes dioses que no sobrevivieron la conquista, mientras La Poesía perduraba de pie. Y sin una sola bala, La Poesía, fue capaz de sublevar un pueblo contra la infame mano de la dictadura en el Caribe. Ella sola se ha hecho historia, por eso no vengo a defenderla.

La poesía es femenina y ha sido fuerte como toda mujer. Si lo pensamos bien ha sobrevivido a su peor enemigo: El Lenguaje. Llegó a nosotros en el habla primigenia de hombres simples que elevaban poemas a sus dioses para apaciguar sus iras. Avanzó entre lenguajes sofisticados como el latín o el griego cantando batallas milenarias, escribió la creación del universo en Arameo, ese Idioma en el que El Rey Jesús habló a sus discípulos. Se acomodó perfecto a los lenguajes anglosajones y usurpó reinos para sus amos. Pasó por las lenguas orientales y árabes para celebrar en más de mil noches la vida y el paisaje. Recorrió el continente africano envuelta en sones de tambores y arribó a la América Prehispánica vestida en atavíos españoles y portugueses. En estas tierras tropicales se convirtió en nuestro mayor tesoro. De eso da fe el Poeta Austral en sus memorias.

Hoy venimos a celebrarla, a exaltar La Poesía como un don al que debemos honrar para que no nos abandone.

¿Por qué festejar la poesía?

Por una sencilla razón: La Poesía es la huella que los hombres de todos los tiempos han dejado en cada época de la humanidad. Es a través de la poesía que el hombre da testimonio de la existencia de sus dioses y de sus días en la Tierra. A través de La Poesía contamos la historia de todos nosotros.

No, no hay necesidad de defenderla. Sola ha sobrevivido a catástrofes, humillaciones, y gobiernos. En los peores tiempos de la humanidad se dejó ver en las paredes y los muros de las  grandes ciudades, en las libretas de apuntes de los estudiantes, en la piel de los adolescentes, en la música que inventaron.

Y con el tiempo, como su mejor aliado, supo dejarse descubrir en una canción de rock, en un mensaje que alguien cuelga en el muro de Facebook, en el trino que los usuarios de twiter hacen llegar a sus seguidores.

Tres  mil años después de que el gran Homero cantara para recordar a Helena y contarnos las hazañas de Ulises, o el inteligente Dante inmortalizara el horror de actuar mal, o El sabio rey Salomón nos enseñara las etapas del amor en su Canto mayor, y el original Cervantes a través del El ingeniosos Hidalgo nos mostrará que nada es imposible para el hombre, hoy, que el mundo es un sinfín de intentos fallidos, hoy cuando crucen la calle y piensen en los seres que aman o  tropiecen con las cosas simples de la vida recuerden que ahí está La Poesía. Tal vez atravesará la calle vestida de miseria o convertida en frágil lagartija, y entonces lo que verán será la historia de todos los hombres hecha poema.

Juan Carlos Acevedo Ramos
Prólogo al libro Poetas en el Equinoccio.
 21 de marzo de 2013.

Publicado en El Diario del Otún. Sección Cultura. Abril de 2013

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