De
oídas sabemos que existe el Manifiesto
sobre Bibliotecas Públicas de la UNESCO, de oídas conocemos algunos de sus
apartes, Si bien la UNESCO tiene un
serio y contundente planteamiento alrededor de la importancia de las
bibliotecas, por qué nosotros no nos interesamos por él.
Las
respuestas pueden ser diversas pero no nos detendremos en ellas. Lo que tenemos
es un problema de fe en el conocimiento, en el libre acceso a la información y en
el lugar indispensable que tiene en nuestra sociedad la Biblioteca Pública y su
bibliotecario.
Los
bibliotecarios ya no son guardines de libros, la evolución del mundo actual los
ha convertido en gestores de las ciencias de la información, en actores vivos
en el desarrollo educativo, cultural y social de nuestra comunidad. y
conociendo el Manifiesto sabemos de la
necesidad de tener unas bibliotecas y unos bibliotecarios aptos para los
cambios tecnológicos y sociales que demanda el siglo XXI.
Con
los cambios de gobierno llegan las dudas, las preguntas sobre el
desconocimiento de dicho texto por parte de gobernantes y directores de
cultura. Y uno quiere hacer visible el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas
(PNLB), La Ley del Libro, la Ley General de Cultura y la Ley de Bibliotecas
Públicas y la Coordinación de la Red Departamental de Bibliotecas, además el
trabajo silencioso que los bibliotecarios en Manizales y los 26 municipios del
departamento realizan.
Y se
hace necesario escribir, por ejemplo, que desde 2004 se creó en la Secretaria
de Cultura de Caldas el Programa Departamental de Bibliotecas Públicas, bajo la
tutela del PNLB, la cual ha avanzado en la tarea formativa y el empoderamiento
institucional para hacer de las bibliotecas unos efectivos centros de
desarrollo. De tal manera que se trazaron varias líneas de acción: la creación
de Bibliotecas Públicas en los municipios donde no existieran, la capacitación
de todos los bibliotecarios en temas relacionados con la Biblioteca Pública, la
sostenibilidad y continuidad de los bibliotecarios en sus cargos, la implementación
de los servicios circulantes (maletas viajeras, exposiciones itinerantes), la asesoría
en el manejo de las colecciones, en la gestión cultural y en la extensión de
los servicios.
Estas
líneas permitieron que todos los municipios de Caldas tuvieran en
funcionamiento una Biblioteca Pública, que un 80% se hayan dotado con material
bibliográfico, audiovisual y software por parte del PNLB, y lo más importante
durante estos ocho años de trabajo es el
convenio que entre El Ministerio de Cultura, El SENA (Regional
Risaralda) y las Coordinaciones Departamentales del Eje cafetero se estableció
en 2011 para crear y desarrollar la Tecnología en Gestión de Bibliotecas
Públicas para formar desde la academia a nuestros bibliotecarios. Así los
bibliotecarios de Supía, Samaná, Palestina, Neira, San José, Victoria, Anserma,
Marulanda y Manizales empezaron a formarse como Tecnólogos en Bibliotecas.
Y este
trabajo que desarrollan hombres y mujeres, comprometidos con nuestra sociedad,
se ha hecho visible. La respuesta es no. Los bibliotecarios no hacen conciertos,
no son estrellas del deporte, no salen en televisión, no hacen parte de la
farándula o los clubes sociales, pero si invaden nuestros parques, las calles,
los colegios y los escenarios culturales con sus sencillas herramientas: los
libros y sus voces para decirles a sus municipios: la biblioteca está viva y es
para uso de todos.
Llevan
ocho años de capacitación continuada, ahora empiezan a profesionalizarse porque
las bibliotecas, además de su sustento y el de sus familias, son su pasión, su
segundo hogar y uno quiere lo mejor para su casa. A ellas dedican más de ocho
horas diarias de trabajo, atendiendo a nuestros hijos, a lectores, docentes en
investigadores que asisten a la biblioteca en busca de todo tipo de ayuda.
Y
alguien piensa en el tiempo y el dinero que invierten en capacitarse para ser
mejores funcionarios para optimizar el desarrollo de la región. En los cambios
de administraciones a muchos los dejan sin trabajo, los reemplazan, sin más ni
más, porque otros deben ocupar esas plazas, unas que parecen favores políticos,
y uno piensa en los nuevos mandatarios y su mentalidades estrechas que no ven
el esfuerzo para hacer de Manizales y Caldas un mejor territorio. No logramos entender como el proceso de
formación y capacitación que se viene realizando con los bibliotecarios públicos
de Manizales y de Caldas se venga abajo por circunstancias que desconocemos.
Y a
nuestras bibliotecas Públicas de Manizales y Caldas quién podrá defenderlas.
La
comunidad debe ser la heroína de esta historia, porque nuestros bibliotecarios
han hecho parte fundamental de ésta. Ellos poseen un acervo sociocultural como
pocos, tienen la facultad para convocar, para desarrollar programas y
actividades, para ser escuchados, su trabajo les da credibilidad porque para
eso se han preparado.
Llegan
nuevos vientos a las Alcaldías de Manizales y los 26 municipios restantes en
Caldas y todos esperamos que esos vientos soplen a favor de la comunidad. En
esas manos, en la de los dirigentes está la continuidad de un trabajo social,
cultural y educativo que se está desarrollando en Caldas desde el año 2004 a
través del trabajo de las Bibliotecas Públicas. Los bibliotecarios se forman
para ser más competitivos cada día, por qué, ahora, a nadie le importa su
esfuerzo, su estructuración profesional y su formación como gestores.
A los bibliotecarios públicos de Manizales y de
Caldas hay que rodearlos para que sigan brindando confianza y desarrollo a
nuestra sociedad y para que la biblioteca continúe siendo un punto de encuentro
donde hombres y mujeres de todas las edades, clases, razas y religiones puedan
hacer uso de su derecho a estar informados y de acceso al conocimiento.
Publicado en el Diario La Patria de Manizales.
Publicado en el Diario La Patria de Manizales.
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