martes, 11 de diciembre de 2012

Los amigos iluminan mi sendero



Lo bueno de los tiempos difíciles
es que ahuyentan a las falsas amistades

El final de un año por lo general nos pone a hacer balances, a reflexionar, y para el año nuevo juramos tener buenos propósitos como bitácora de cambio. Esos buenos propósitos casi nunca los cumplimos o por lo menos en su mayoría olvidamos.

En mi balance si tuviera que buscar la figura del año en Colombia no dudaría en nombrar a Radamel Falcao García, quién es la mejor noticia sobre el país que se registra cada tanto en las redes sociales, los noticieros y la prensa mundial. Sólo él ha puesto de nuevo en el costosísimo mundo de los deportes a sonar el nombre de Colombia en lo alto, pero bien alto. Siempre lo ataqué diciendo que como jugador de área no tenía rival en el mundo del fútbol, pero que en la Selección de Mayores era un fracaso. Pues bien, gracias a sus goles me tocó tragarme mis críticas y aceptar que sus anotaciones nos acercan al mundial de Brasil en 2014. Sin duda es un grande entre los grandes.

Mi personaje del año es un futbolista, es decir, un deportista como los conquistadores colombianos de Londres en las Olimpiadas de 2012, esos ocho gladiadores hicieron izar nuestros colores en lo más alto de los podios. Nada  raro que sean los deportistas porque en el resto de las esferas en nuestro país nada hay rescatable al nivel mundial de Falcao o de la bella Mariana Pajón.


Miremos otros campos, por ejemplo, el político… pienso y pienso y solo hay nombres para el olvido. El  de Gerlein sería uno entre muchos, ese Senador inquisidor refleja lo que trato de decir.

Pero quiero escribir sobre lo verdaderamente importante en nuestras vidas de ciudadanos y estoy seguro que una de ellas es la amistad. Algunos dirán que sobre los amigos hay mucho que leer. Les doy la razón. Pero este texto es un agradecimiento a mis amigos y la exaltación de mi cariño hacia ellos.

Y qué es lo más valioso de mis amigos… su dinero?, su palabra?, su sonrisa?, su posición social?, su sinceridad?, su inteligencia?, su compañía?, su nobleza o su generosidad?. No.

Nada de eso es tan importante como sus manos que sirven para ayudarme en momentos complicados en que no puedo cruzar solo. Ahí abren sus manos y me ayudan a continuar son bastón, muleta, puente, salvavidas. También tienen sus brazos que me rodean para protegerme o decir con un simple abrazo que están ahí, a mi lado pa´ las que sean. Y sus ojos siempre atentos a mis palabras, a estas ganas infinitas de contarles cosas. Amigos lectores, lectores amigos que dicen es por ahí… ese es el camino.

Por eso no aguanto cuando los veo lleva´os -como decimos en esta región cafetera- y el dolor se instala en ellos por culpa de la falta de una oportunidad para ser mejores, de la llegada de La Gran Señora que deja a su partida la ausencia de un ser querido, del amor que ya no es o la invasión de una enfermedad en sus hogares.

Hoy, que hago el balance de mi año Maya, hoy que presento informes de fin de año y planeo desde ya algunas actividades par el 2013, hoy quisiera que mis palabras tuvieran el poder balsámico para curar esa aflicciones o la confianza que un prestidigitador presume para vaticinar éxitos.

Quiero ser un chamán, un gran brujo milenario, un oráculo para decirles que esta amistad es real, sincera y saben que iré a su lado hasta el final del viaje. Hoy les diré que el fuego sagrado que el corazón del hombre es capaz de irradiar en los momentos difíciles ilumina nuestra amistad. 

Yo quisiera borrar con mis palabras sus congojas porque su dolor es mi dolor. Ah, la inutilidad de estas 28 letras.

Básteles entonces de nuevo mi gratitud por su amistad. 

Que las bendiciones celestes caigan sobre ustedes y sus familias.

Que la luz universal los ilumine en estas fechas navideñas y en el año nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.