martes, 31 de agosto de 2010

Santiago Gamboa el Cartógrafo



Es la una y media de la madrugada del martes 10 de agosto. No hubo lluvia en la ciudad. Apenas y un leve viento -frío y delgado- se cuela por debajo de la puerta. El apartamento permanece indiferente a los cambios de clima. Tengo una sensación de orfandad. Un extraño sentimiento de abandono. Un deseo de no querer dormir. Unas ganas terribles que amanezca pronto. El caso es huir a las horas que siguen hasta que la luz del sol ilumine las paredes que habito.

En un rato la alarma de mi celular me dirá es tiempo de levantarse. Es hora de iniciar la rutina: beber jugo de naranja, hacer unos huevos revueltos, preparar chocolate con leche, embadurnar de mantequilla unas tostadas, agregar queso y al final entrar al cuarto de baño para salir limpio rumbo a mi oficina.


Pero aún es la una y treinta de la madrugada del 10 de agosto. Estoy sentado en el sofacama color mostaza de mi apartamento. Me ilumina una tenue luz de lámpara de piso. Hay un vaso con restos de
Ron Viejo de Caldas en uno de los brazos del sofá. Me siento indefenso, desprotegido, abandonado. Una sirena rompe el silencio. - Hay alguien en problemas, me digo, como esperando una respuesta que no va a llegar.

martes, 17 de agosto de 2010

El mundo en el bolsillo de un niño (Episodio dos)



A los doce años me inventé a mi mismo,
construí mi glorioso destino con una alegría
que imaginé como una sonrisa de saludo triunfal,
José Luis Díaz-Granados

Para la década de los años ochenta, a mis diez años, me había inventado un yo explorador, un boy-scout, un Daniel Boom (recuerdan la serie de televisión) en busca del destino, sin imaginar en esos cortos años de juegos que seguía mi destino. Con los años los juegos dejaron de ser inocentes y empezamos a buscar el amor acompañado de la pasión. 

Cambiaron de nombre y hubo uno en especial Chucha americana, su nombre nunca pude descifrar de donde salió, pero el juego consistía en esconderse para dejarse encontrar solo por quien nos gustaba. Ahí los primeros besos y latidos fuertes del corazón. Esos años los acompañábamos de mucha televisión.
Parte de la tarde la matábamos viendo programas de una inocencia tremenda. 

Recuerdan: dokono dareka wa shira naikeredo daremo gaminna shitte iru Gekkou kamen no ojisanwa seigi no mikata yo yoi hito yo hayate noyouni arawa ree hayate noyouni satte iku Gekkou kamen wad are de sohow..,. era la banda sonora, el tema central de Centella, De El Capitán Centella. La recuerdan. Echémosle un breve vistazo. 

martes, 3 de agosto de 2010

50 Poetas Colombianos y una Antología



Amigos, les comparto el afiche promocional del evento poético más importante en Colombia en lá última década. 50 Poetas Colombianos y una Antología. Recuerden viernes 13 de agosto. Feria Internacional del Libro. Bogotá. Corferias.